Canto


Al despertar recibo notas suaves y dulces,
retumba en mi cabeza la música.
¿Cómo no tararear con la risa de los niños?
¿Cómo resistirse al canto de las aves?

Canto porque estoy viva,
porque fluye la sangre en mis venas.
Canto porque mis ojos se llenan
de luces, colores y sombras.

Canto porque mis manos reciben,
estas manos que quieren darse llenas.

Canto porque mis padres me aman,
y porque es labor, no trabajo
lo que me impulsa cada jornada.

Canto porque soy hija de Dios,
muy querida, hija de Dios.

Porque mis pasos avanzan,
canto a la belleza del mundo.
Por mis hermanos que cantan,
el rico y el vagabundo.

Canto porque la vida se goza,
agridulce sí, pero hermosa.

IMD


* -Dame una rosa roja -le gritó (el ruiseñor al rosal) -, y te cantaré mis canciones más dulces.
(Del cuento de Oscar Wilde)


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