Relato de la semana, con sabor a tlacoyo.

Después de un año y algunos meses, me recibe con su grandeza la capital. El motivo: capacitarme y aprender más de la Lengua de Señas Mexicana, en particular, sobre el EC0085, estándar de competencia laboral que rige a los intérpretes de esta lengua tan maravillosa, que abre los oidos del corazón, del alma, para escuchar el silencio.

A mi llegada, me doy cuenta que en el aeropuerto internacional del Df, hay unas pantallas (en el área de equipaje) que transmiten videos y cápsulas educativas, formativas (creo de Gob. federal) y aparece un intérprete de LSM en un recuadro... Me sentí bienvenida.


Mientras esperaba a mi mejor amigo (radicado en esta ciudad) a que llegara por mi, me dispuse a caminar por la terminal, observando los productos en las vitrinas, cafeterías, regalos, libros y souvenirs. Y es cuando, en un expendio de periódicos y revistas, tristemente me sentí como en casa: Todos y cada uno de los diarios tenían la lamentable nota de la nueva masacre en Cd. Juárez... TODOS!



Creo que esa absurda frase que decía "haz patria, mata un chilango", bien nos haría acreedores y con toda justicia, a que en la actualidad a los "chihuahuitas" nos cerraran las ciudades y nos impidieran el paso. Y, lo peor, es que en estos días en lugar de avanzar, vamos como los cangrejos. En fin.

Continué mi paseo y encontré con agrado el área de exposiciones (vacía de admiradores, por cierto) algunas pinturas se exhiben allí, resaltando una imagen de la virgen en un tramo de plástico transparente, pintado a plumón (azul, valga la descripción).


Minutos después, llegaron por mi. Culminé el fin de semana con tranquilidad para, el lunes, desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde, tomar la capacitación.

Conocí a otros 30 intérpretes de toda la hermosa geografía nacional. Desde Tijuana hasta Yucatán. Compartimos experiencias, dudas, nerviosismo. El miércoles fue el primer diagnóstico, para ver nuestra habilidad en la interpretación: de señas a voz, de voz a señas, de señas a texto... (algo como sube el piano, baja el piano) sin embargo, es lo mínimo para asegurar que somos capaces de servir con profesionalismo a la comunidad sorda de México.

Mañana, viernes, es "el bueno". La prueba definitiva para certificarnos como intérpretes de LSM. Mi turno es a las 8 a.m. Valga decir que es tanta la adrenalina que creo no poder dormir, pero ha sido tan grato este proceso que, independientemente el resultado, estoy satisfecha de TODO lo aprendido.


Hoy, entre el "llévele llévele güerita" (expresión de los múltiples y multiplicables vendedores ambulantes que cirundan el zócalo), la sorpresa de encontrar un centro histórico remodelado a mis últimas visitas, y la oportunidad de husmear en Palacio Nacional la exposición con motivo del Bicentenario (por cierto, recomendadísima), fuí despojándome del estrés pre-exámen.


Ahora, sólo me queda esperar. Poner mis manos en las de Dios, y dar el mejor esfuerzo. Ya les platicaré el resultado. Por lo pronto, intentemos dormir y soñar. Si no con ángeles, al menos con dulces ovejas que brincan la valla de mis límites, que logran brincar hacia el lado que no tiene fin, hasta donde se encuentra el corazón.

IMD

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