La importancia de las galletas.

El año pasado, a finales, compartí con algunos de ustedes una sencilla anécdota que hoy leo nuevamente, refrendando su moraleja.


He aquí:


Hace tiempo, platicando con un buen amigo, luego de estar tristeando (valga la utilización de este "nuevo" verbo) le comentaba que no me dolía en sí la pérdida de algo, alguien... sino la incapacidad de entregarme, de dar, de compartir.


Y para que quedara más claro, puse de ejemplo que cada ser humano tiene una bolsa enorme de galletas, de las galletas más deliciosas que nos vuelvan locos (en mi caso las de chispas de chocolate) pensado que cada galleta simula los valores, dones y cualidades que llevamos en nosotros. Una bolsa llena de deliciosas galletas, recién horneadas, sin embargo no podemos comerlas solos, imagínense el empacho que agarraríamos!!! Necesitamos compartirlas.

Pero lo malo es que a veces, nos sentimos solos o pensamos que hay algo que nos falta (familia, amigos, amor... o hasta trabajo) y esas galletas se quedan en la bolsa, pues no somos capaces de compartirlas... y entonces peligran: se pudren.

Por ello, así como la eterna búsqueda de felicidad, debe existir la eterna búsqueda de un "frasquito", de un frasco galletero (entiéndase alguien, algo) donde podamos depositar "nuestras galletas", esas personas o esa persona que hará que nuestras galletas tengan sentido, que nosotros cobremos sentido...

Y si no hay "un frasquito", búsquenlo... pero jamás dejen que una galleta se pudra!!!!

IMD

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