Las encuestas y los medios de comunicación...

(Fragmento de editorial de Rodolfo Rojas)
Lo acontecido en Chihuahua relacionado a las encuestas y los medios de comunicación que las publicaron tiene en verdad molesto a un sector importante de la sociedad y a otro sumamente preocupado de lo acontecido. Recordemos primero para entrar en materia, cuales fueron las encuestas difundidas por los dos periódicos más importantes de la capital del Edo.

El Heraldo de Chihuahua publicó el viernes 22 de junio una encuesta realizada por la Universidad Autónoma de Chihuahua y el propio Heraldo: Alejandro Cano del PRI y Nueva Alianza, 46.8, Carlos Borruel del PAN, 36.4, diferencia 10.4 por ciento. Cómputo final: empate técnico.

El Diario de Chihuahua, sondeo publicado en la misa fecha, (viernes 22) la encuesta la realizó la empresa Berumen y Asociados, la cual le dió una ventaja al candidato del PRI, Alejandro Cano de 20.7, puntos. Aquí sí que la empresa encuestadora no se midió, pero además la ventaja de Cano es el doble de la publicada por el Heraldo. Principiando ahí las grandes aberraciones sobre los resultados de las encuestas.

Referente a los candidatos a diputados, El Diario publico en la misma fecha: “Aventaja el PRI en los 5 distritos”

Distrito 11, Ricardo Yánez del PRI 44.7, Jorge Espino del PAN, 26.0, diferencia 18.7, computo final a favor del candidato del PAN 2.0 puntos por ciento

Distrito 16, Jorge Neaves, del PRI, 44.0% . Concepcion Fuentecillas del PAN, 28.0, computo final a favor de PRI, 4.0 %.

Distrito 17, Luisa Camberos del PRI 40.3, Roberto Lara del PAN 32.0, cómputo final, 6,000 votos favor de Roberto, equivalente a 14.0 puntos %.

Distrito 18, González Tachiquin del PRI, 41.3 Javier Gaudini PAN, 30.0 computo final a favor de Gaudini, 7.0 puntos %.

Distrito 19, Pedro Domínguez del PRI, 45.0 Antonio López, PAN 29.0 computo final a favor de Toño López. 8.0 puntos.

Que es lo que está pasando en chihuahua, ante encuestas tan aberrantes. De quien es la culpa: de la empresa encuestadora, del periódico que la ordena que la paga y la publica o de los ciudadanos chihuahuenses que las toleran. Veamos con detenimiento este fenómeno mediático que ya alcanzó niveles denigrantes.

Sobre la pregunta de quien es el culpable, considero que de los tres elementos mencionados anteriormente, todos tienen su parte importante, pero sin duda, en una mayor proporción la tiene la propia comunidad chihuahuense. Recuerda el estimado lector la celebre frase de que, “cada pueblo tiene el gobierno que merece”, pues también aplica perfectamente en cuanto a que, “cada comunidad tiene la prensa que merece”.
...

Se está contemplando y estudiando la hipótesis, de que una de las principales razones para el altísimo abstencionismo registrado en la reciente elección, fueron las desmesuradas encuesta efectuadas 10 días antes de la elección. Por lógica elemental, sí un candidato se ubica a más de 20 puntos arriba de su contrincante político, es razonable pensar que la elección está totalmente definida y el voto no tiene razón de ejercerse. Esta realidad afecta a todos los partidos políticos, pero en especial a los dos contendientes más importantes y por supuesto al partido que tenga menos voto duro.

Si la hipótesis planteada anteriormente, fue la razón de las inverosímiles encuestas, entonces estamos ante signos inequívocos de indolencia y falta total de respeto a la ciudadanía chihuahuense. El elemento económico y partidista por encima del interés social de la comunidad. Es una burla a la capacidad de razonamiento de la propia sociedad, Además de una sociedad de la que ellos dependen económicamente. ¿Por qué se permite? ¿Por qué se calla?

Es el momento de iniciar la llamada democracia participativa, único camino viable para efectuar el anhelado cambio y fortalecer la incipiente democracia. Las encuestas inducidas son prácticas políticas inadmisibles. Son un intento de coacción sobre el electorado que debe ser respetado, simple y sencillamente, porque sin electores no puede haber democracia.
R.R.

Comentarios

Anónimo dijo…
No creo que la hipótesis planteada sea la correcta para el caso Chihuahua 2007. Por el contrario, una encuesta donde se presente una diferencia tan marcada solamente habla de una inexactitud metodológica que proyecta falta de veracidad y objetividad.
En caso que la encuesta si esté bien realizada, un porcentaje tan bajo del segundo o tercer lugar en las preferencias, motivaría que los apáticos por votar se animen a hacerlo y de esa manera disminuir ligeramente el porcentaje de abstención.
En Yucatán tenemos algunos casos que ejemplifican la invalidez de la mencionada hipótesis.
Saludos,

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