Papelitos mas, papelitos menos...

Aprovechando la coyuntura de esta semana santa, hace unos días aproveche para salir de la ciudad y tomar un poco de aire fresco con la familia. Aun no salíamos de esta capital, cuando en el trayecto ya habíamos "disfrutado" del maravilloso folklore urbano que nos ofrece la víspera electoral, la cual nos llena la vista de pendones, espectaculares y demás puntos publicitarios.

Tratando de desviar la atención, o quizás de hacer el paso menos amargo, iba platicando con mi hermanita, quien por sorpresa comento: -Que feos papelitos hay por todas partes... Que esos señores no se dan cuenta de lo feo que se ve todo lleno de papeles??? No basta con uno??? Por que tienen que poner sus fotos por toda la ciudad???

Ahí me tienen, tratando de explicar a una pequeña ciudadana de tan solo 8 años, el porque de tanta propaganda. Las razones, muchas: para que la gente los conozca, para que los favorezcan con los votos, etc., etc. Y es entonces que ella me replico: -si, yo entiendo que quieren que uno los vea, pero a poco por la foto ya sabemos cual roba y cual no???

Es cierto, entre el mar de propaganda que se acostumbra hacer en la carrera electoral, lo primero que hay que tomar en cuenta es al sujeto, es decir al candidato o los candidatos en cuestión.

Que no se nos olvide que para ser un buen político, primeramente se debe ser un buen ciudadano, un ser humano integro, de gran solvencia moral. No olvidemos nuestra historia, donde hemos tenido presidentes viciosos, que en su familia no pudieron inculcar valores y que muchas veces tenían historias ocultas lejos de la familia oficial o incluso gobernadores que hicieron muchas obras bonitas, que cubrieron las ciudades de parquecitos y estatuitas, pero al interior de sus hogares mantenían una situación de dramática violencia hacia su pareja y/o sus hijos.

No se puede ser un buen funcionario, o pretender actuar como un gobernante moderno, demócrata, si como persona se carece de virtudes.

Es por ello, que la primera tarea que tenemos por delante, es analizar a cada uno de los candidatos, pero desde la perspectiva humana, familiar, social y profesional. Si la propuesta es buena, si sus palabras nos convencen seguramente será un buen candidato, pero solamente si es una persona admirable y respetada por su comunidad, será una buena elección el próximo primero de julio.

IMD