¿Agua de cielo?

Si, agua de cielo, cayendo constante, fina y pura sobre la capital del estado GRANDE.

Chihuahua se limpió esta tarde. Sus calles, sus edificios, su gente... El agua purifica y se lleva lo malo. Acorde a su destino, gota a gota baja a la tierra para dejarnos un poco de Dios.

Pero hay un problema. La lluvia termina, saldrá el sol nuevamente y con él se irá esta agua divina. Se evaporará y sólo quedará el recuerdo, el vapor, la humedad...



Y es aquí donde radica lo interesante... Si gozamos la lluvia sólo mientras sus gotas nos mojan la cara, el cuerpo y el alma, será una felicidad pasajera... Si nos dejamos abrumar por su ausencia cuando ésta se evapora, nos estarémos negando contundentemente a percibir la bendición que representa.

Si no estamos listos y con el corazón dispuesto a amar y a llenarse mientras se vuelca en los otros, ese amor se secará al igual que la lluvia con los rayos de sol.

_IMD_

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