Entre siempre y jamás

La magia es un puente que te permite ir del mundo visible hacia el invisible.  Y aprender las lecciones de ambos mundo.  Paulo Coelho En el transcurso vital, el ser humano debe caminar por varios puentes. Algunos puentes son amplios, de materiales firmes como el concreto, pero también hay otros estrechos, débiles, de madera y cuerdas. Principalmente para esos momentos en que atravesamos por un puente peligroso, la vida nos ha dotado de una bendición: los amigos. Un amigo es quien te conoce hasta el tuétano, comparte tus alegrías y consuela tus tristezas. La amistad une corazones y los hace latir al mismo ritmo, a pesar de las diferencias individuales. Haciendo memoria, podremos recordar a seres amorosos que nos han acompañado en los diferentes ciclos: en la infancia y adolescencia, amistades inocentes que compartían los juegos y las risas; en la juventud, los amigos que secundaban las aventuras, las novedades; en la adultez, seres que fortalecen las...

Se busca persona de valores sólidos,  ideales humanistas,  trayectoria honesta en lo público y lo privado,  humildad y vida de servicio,  para vacante de "inspirador".  -INFO aqui-

Bum-bum, bum-bum, bum bum bum bum… latía mi corazón acelerado. La noche llegó sin sueño, con una inusitada taquicardia que, he de confesar, alineó mis pensamientos a mis miedos. Amaneció y hubo una calma aparente. Al desarrollarse la tarde el ritmo se aceleró, nuevamente el corazón tomó vida propia. Fue contraindicación de un medicamento recetado para contrarrestar la alergia que cada vez amplía sus terrenos hasta cercarme. Polvo, polen, humo… múltiples factores afectan a mi sensible sistema respiratorio. Dejé de tomar el medicamento y mi corazón volvió a latir despacio, tranquilo. Sin embargo quiero compartirles mi angustia. Hay un factor que me detona una alergia crónica, degenerativa, paralizante: la indiferencia. Llevo algunos años escuchando las mismas historias, tantas que me separan de una juventud biológica para situarme en una anquilosada desesperación. La juventud de México se pierde entre los vicios de la comodidad, de la diversión, de la apatía. La “clase política” (...

Hay un gracioso suspiro atrapado en mis pulmones. Su desesperado movimiento me hace sonreir, así, gratuitamente. Cierro los ojos y lo veo, atrapado, asustado. Pizca de aire, nervioso, tratando de escapar. ¿Será que se coló el sentimiento en mi última inspiración? ¡Ya sé! Es hipo, hipo contaminado, confundido. Se le ha olvidado cómo debe actuar y prefiere hacerme reír, antes que integrarse a mi respiración. 

El cóndor de los Andes despertó Con la luz de un feliz amanecer Hummm Sus alas lentamente desplegó Y bajó al río azul para beber Hummm Tras él la tierra se cubrió De verdor, de amor y paz Tras él el prado floreció Y el sol brotó en el trigal, en el trigal Hummm El cóndor al pasar me dijo a mí Sígueme más allá y tu verás Hummm En la espalda del cóndor me senté Al volar, cada vez más alto del cielo alcanzar Hummm Mirar, mirar hacia la tierra Tan distinta de lo que vi Fronteras no se deben ver Todo el mundo desde allí Es lo que vi Hummm El cóndor de los Andes descendió Al llegar a un feliz amanecer Hummm El cóndor al cantar se escuchó Repitió, son hermanos, todos iguales Tras el la tierra se cubrió De verdor, de amor y paz Tras él el prado floreció Y el sol brotó en el trigal En el trigal, Hummm Hummm, Hummm