¿Cómo se llama el México que quieres tener?

Entre las decisiones más importantes, la elección de un nombre es de principal dificultad y trascendencia. El nombre de los hijos, de la empresa, del proyecto, del equipo, es más hasta de la mascota. En el primer caso, según el resultado de la elección de los padres será, en gran medida, la vida del hijo(a). En cuestiones mercadológicas, el nombre de la marca debe llenar ciertas características para ser ubicada rápidamente por los consumidores.

México en sus inicios fue llamado así por "Mexi", nombre dado por los mexicas a su dios principal Huitzilopochtli. Sin embargo estoy segura que el ambiente entre los mexicanos, en este siglo XXI, es totalmente opuesto al sentimiento mexica.

El nacionalismo en nuestro país es, tristemente, solo una palabra más del diccionario. Aquellos "Sentimientos de la nación" quedaron en el tintero, o más bien en la frontera norte de nuestro territorio (lo demuestran los más de 400 mil coterráneos que emigran anualmente a la nación vecina).

Ahora bien, por ahí se repite el eco de que "los jóvenes construirémos el futuro de nuestra nación"... Por lo tanto, además de tomar la pala y el cemento, he decidido darle nombre.

Mi México no se llamará esperanza, porque no quiero que siga viva la idea de nuestra gente sentada bajo el nopal esperando el "progreso". No quiero que sigan los universitarios esperando egresar para empezar a buscar "chamba". No puedo concebir a las madres esperando que sus hijos crezcan, para que (como su papá) se vayan a los "united" y le manden sus remesas cada mes. Y peor aún, me duele que algunos cómodamente esperen que el próximo gobernante sea el que "resuelva" nuestros problemas.

Mi país no puede llamarse paz, porque si eso significa no reaccionar, ni siquiera inmutarnos ante la injusticia, eso más que paz es pura complicidad. (El pacifismo en ocasiones es indiferencia disfrazada).

Mi nación no se llamará oportunidad, ya que es evidente que se debe ser oportunos, no oportunistas.

No lo bautizaré como desarrollo, porque esa categoría (en vías de...) nos da un cierto estado de confort y es la excusa perfecta para la incompetencia.

Es claro que resulta difícil nombrar el futuro de esta tierra. Creo que no se ha inventado el vocablo que exprese lo que México debe ser: Respeto, equidad, trabajo, legalidad, salud, bienestar, bien ser, educación, sana competencia, colaboración, participación ciudadana, libertad, transparencia, estabilidad, comunicación...

En resumen, asumiendo la complejidad del asunto, debemos entrarle a la "obra" con todas las ganas que habitan en nosotros, para que, cuando sea México el que luego se pregunte por su gente pueda decir con todo orgullo que somos sus MEXICANOS.

IMD

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